Hoy, hablaré sobre uno de mis videojuegos favoritos: Life Is strange 2
Hace unas semanas terminé Life Is Strange 2, que más que un vídeojuego ha sido una experiencia. Una oda al amor fraternal y los cambios constantes de la vida. A través de la historia de 2 hermanos mexicanos, Sean y Daniel, te cuenta una historia dura con momentos de esperanza con el misterio de los poderes de Daniel cómo fondo de la historia. Sean, el mayor, será a quien manejemos, un personaje con una evolución brutal y que muestra como la vida puede moldear a una persona hasta llegar a ser irreconocible.
Ambos personajes deben volver a sus raíces, a su hogar. Pero no es fácil. Tienes que elegir en quien confiar y como te relacionas con Daniel y su poder. Debes ser el hermano mayor que necesita. Pero Sean también es un adolescente enamoradizo, a veces inmaduro y con miedos, sobrepasado por el poder de su hermano.
La música, los paisajes, las conversaciones... Crea un mundo triste con momentos de luz. Mundo que se usa para criticar la sociedad americana y para hablar de racismo y sexualidad sin miedo
Cuando termine el juego, termine a lágrima viva. Tan real. Tan hablado desde el corazón. Un nudo en la garganta cuando oyes la música y ves su dolor. El dolor de la injusticia y del amor fraternal más verdadera. Las búsqueda de un hogar. El sentimiento de no pertenecer a ningún lado. El dolor de la muerte. Todo esto es Life Is strange 2.
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